mundo trivial

martes, mayo 15, 2007

Cretina, cínica e hipócrita

A veces soy muy mala persona.



Como ya mencioné alguna vez en este blog, me llevó mucho tiempo alcanzar el título universitario. Y como mi profesión no está muy regulada (y a la mayoría de los empleadores tanto les da que tengas un título o no), cuando los astros se alinearon y me decidí a escribir una tesis, sabía que sólo cumpliendo con un requisito más (uno largo, pero sólo algo formal al fin).

Excusada del estrés que significa poner a prueba los conocimientos estudiantiles, decidí que iba a hacer lo que a mí me gustara y como lo más creyera conveniente. Si iba a sufrir entonces elegiría sufrir con elegancia, y no ensuciarme los pies en el lodazal en el que he visto a muchos de mis compañeros.

Elegí como tutor a un profesor que tiene muchas responsabilidades y poco tiempo disponible, que además no tenía antecedentes de tutorazgo, y es un poco caótico en su manera de expresarse. Como ví después, este caos mental y falta de tiempo constituían un impedimento para que pusiera sus ideas por escrito: cuando le enviaba cosas escritas, me llamaba por teléfono o me citaba para charlar, pero jamás me redactó una idea en un e-mail.

Al principio, lo confieso, sentí horror. Pero después, cuando las charlas se llenaron de indicaciones que no tenía ninguna intención de seguir, decidí aprovecharme ya que de esta manera es imposible demostrar que yo no hice lo que él indicó. De ahí en más todo fue barranca abajo, inclusive mi elegancia.

Continué mi carrera en el crimen despachando a los autores sagrados de la profesión. Es más, con la única precaución de lo breve, dediqué un capítulo entero a explicar por qué desde mi punto de vista los padres fundadores no tenían idea de dónde estaban parados y el daño profundo que este despiste fundamental causó y sigue causando. Como si eso fuera poco, a los autores imprescindibles (digamos, los que no me aceptaban el trabajo sin por lo menos una mención en la bibliografía) los cité habiendo leído únicamente un abstract. Et non, je n'en veux pas lire Bourdieu.

Liberada de las ataduras institucionales y atosigada únicamente por mis propias ideas (left to my own devices I sometimes mean a danger to myself), proclamé a mis padres y a una colega que admiro mucho como mis auténticos tutores, obligándolos tiránicamente a leer los sucesivos borradores. Como no quería desaprovechar el tiempo y energía que dedicaban a criticar mis desvaríos, copié y pegué sus comentarios en mi texto apropiándome descaradamente de sus ideas.

Cuando quedó en evidencia que el tema elegido era infinito (creo que más que temas infinitos hay delimitaciones torpes al objeto de estudio), fui a la biblioteca y elegí 3 ó 4 tesis recientes aprobadas con nota máxima, y que fueran de menos de 150 páginas. Ahí conté cuántas páginas dedicaban en promedio a cada sección, y cuando llegué a esa cantidad de páginas en mis secciones, dí la investigación por concluida.

De mis intenciones originales quedaba muy poco, pero dicen que eso siempre pasa. Mis tutores declararon que el trabajo estaba bien y que podía darse por completo, aunque sospecho que mi colega ya no querría saber de mi y mis padres estarían considerando desheredarme.

Hice una lista de todo lo que faltaba o estaba mal hecho, y de un encuentro íntimo de esta lista con la tabla de contenidos, nació la introducción. Mi marido me prestó el template de su tesis en LaTeX y sin hacer demasiadas preguntas, arregló todos los desperfectos y diseñó una portada preciosa.

El miércoles 20 de diciembre a mediodía, 10 minutos antes de que cerrara la bedelía, llegué corriendo bajo la llovizna veraniega con mis tres copias abajo del brazo. La bedel tomó mis copias y las depositó sobre una montaña de tesis entregadas ese día, parece ser que el 20 de diciembre trae suerte entregar. "No creo que te la corrijan en estos días", me dijo. "¡No hay ningún problema!", dije yo, y me fui, tan campante, a empezar mi verano. El viernes 2 de marzo, luego que esta servidora optara presionar con poca sutileza a los miembros del tribunal para que agilizaran un poco, se reunieron en gran cónclave gran, deliberaron sin parar, y llegaron a la conclusión, 11 puntos sobre 12. Salieron y con amplias sonrisas, fumata bianca. Como una actriz porno fingiendo un orgasmo, me deshice en agradecimientos ñoños y sonrisas falsas, de esos que hay que darle a un tribunal.

Uno de los miembros del tribunal había hecho objeciones al trabajo, y me las pasó más tarde por email. Era seguidor incondicional de los padres fundadores, y me reprochó amargamente el despecho con el que yo los había tratado. Yo, por mi parte, lo objeté a él, porque no es de la profesión. Cada uno lucha con las armas que tiene, y me parece que los evaluadores muchas veces están más expuestos y son más vulnerables que los evaluados.

Según mis padres (que de algunas cosas saben mucho) el trabajo es imperfecto pero bueno. Mi padre, que viéndome naufragar con otras ideas me lo proponía una y otra vez, lo consideró como una pequeña victoria personal. Mi madre, que temía que yo no llegara nunca a buen puerto, se alegró más que nadie y me regaló la única joya de la familia que vale algo. Mi colega se sintió honrada por mi interés, y está tomando mi investigación para hacer una similar. No he recibido críticas que me hagan cuestionar la validez o lógica del trabajo: no es porque no las haya recibido, pero me parecen intrascendentes o fuera de lugar, y en el fondo, es porque muy poca gente lo ha leído.

Al final, resulté una cretina al elegir al tutor oficial, una cínica al escuchar sus indicaciones, y una hipócrita al agradecer la calificación. Como diría un compañero de trabajo, definitivamente, ya tengo mis primeras armas en la vida profesional.

9 dijeron:

  • peeero, profundicemos un poco mas.
    Que tema tratabas ?

    Me gustan mucho las rebeldías contra lo establecido en la Universidad.

    By Blogger Caracol, a las 11:50 a. m.  

  • Jajajaja!! Yo partí queriendo arreglar el mundo, y terminé evaluando el funcionamiento de un servicio de salud, ajajaja! Y como me jodieron tanto con la acotación del tema, al final, mi "gran" tesis quedó reducida a la mínima expresión! (digase unas 40 páginas con suerte) Peeero, obtuve la nota máxima, y mi profesor de tesis es mi jefe actualmente ... tan mal no resultó tampoco.Lo importante, alégrate!! Ya pasó ... :)

    By Blogger Angel y Demonio, a las 9:16 p. m.  

  • ¡Felicitaciones, cretina, cínica e hipócrita!

    Te debes sentir como una pluma, sin embargo.

    By Blogger Ana C., a las 9:33 p. m.  

  • Hola tanto tiempo, ando un poco perdida, sin visitar amigos. Pero hoy llego sin avisar, y me encuentro con esta gran noticia... que bueno, felicitaciones, si las tres cositas esas la llevaron a terminarla, aprobarla y dejarla en paz. bienvenidas sean!
    beso grande!

    By Blogger MALiZiA, a las 12:59 a. m.  

  • Muchas felicitaciones! Lo demás, bue, son las (malas) reglas del juego

    By Blogger Ana, a las 2:09 p. m.  

  • Felicitaciones! Gajes del oficio,. besos!

    By Blogger A moonclad reflection, a las 12:07 a. m.  

  • Yo conozco -pero en otra área- la verdadera tortura en que se convierte el proceso de preparación de una tesis, lo que me permite arriesgar que todas las actitudes que uno podría juzgar a priori poco edificantes por parte del tesista quedan plenamente justificadas. Más temprano que tarde el tesista va sacrificando sus ideas previas -si las tenía- en pos de la preservación de su salud física y mental, al tiempo que asoma en su horizonte, como único objetivo, la conclusión y entrega de la bendita tesis -a como dé lugar-.
    Saludos!

    By Blogger Sr. Nadie, a las 12:56 a. m.  

  • bravísmo!

    Buscando este blog, que había visitado otra vez, dí con uno muuuuuuuuuy paloma (googlee montevideana)

    por suerte apareció ud, cretina!

    By Anonymous Anónimo, a las 6:40 p. m.  

  • Lo bué... si bré...

    Costo beneficio que le dicen.

    By Blogger El Canilla, a las 2:56 p. m.  

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