mundo trivial

sábado, junio 02, 2007

Comida progresiva

Detesto las "recetas fáciles" de cocina, muy especialmente las escritas. Detesto las sonrisas complacientes de gente que quiere compartir su experiencia en la ciencia y el arte de cocinar, y muestran, para humillación de nosotros los torpes, cómo hacen un poco de ruido con la batidora y 40 minutos después sacan una torta maravillosa del horno, o revuelven una cacerola y ¡listo!, mermelada de 5 frutas para la señorita en cantidad especial.

¿Por qué nadie quiere compartir su inexperiencia? ¿Por qué nadie cuenta lo que le salió mal, las ideas que parecían buenas y resultaron un desastre, o para que alguien le explique dónde estuvo el error?

Como cocinar es parte de mi vida diaria, y tengo un montón de malas ideas llevadas a la práctica, se me ocurrió escribir "comida progresiva", porque mi arte culinario avanza gracias a estas macanas casi tanto como con los aciertos. Si fuera la dueña y directora de programación de un canal cable ése sería mi programa estrella, y el otro sería "La plancha amiga" en el que enseñaría cómo planchar y qué no hacer. También pensé en llamarlo "el amor es más fuerte", porque el hombre que me acompaña se come todo sin quejarse, y sus críticas suelen ser muy atinadas, aunque pocas veces me da la solución al problema.

El más odioso de mis fracasos culinarios fue algo llamado "Mousse facil de limón". Resulta que tenía una lata de leche condensada que había venido de regalo con otro producto, y no tenía idea de qué hacer con ella. Busqué en internet y voilá, encontré esto, pero debí haber sospechado de una receta que estaba en términos de "un pote de yogurt". ¿Un pote de qué tamaño? ¿Desde cuándo "pote" es una medida tan estándar como "vaso" o "taza"? No sé si el yogurt y el limón se pelearon, si no metí batidora suficiente... no sé, quedó realmente asqueroso. Y eso que a mí me encanta el mousse.

Por otro lado, el más inocente fue la "Torta de jamón y queso, pero con salame". Yo me preguntaba, ¿por qué hay tortas de fiambres varios y no hay de salame? La respuesta es porque la grasa del salame se derrite en el horno. El pastel lo comí con cuchara, porque el aceite se le caía por todos lados. Algo verdaderamente mpresentable.

Mi marido me hizo prometer que nunca más iba a investigar el arroz frito con vegetales que no fueran cebolla después de un "Arroz frito con tallos de remolacha", arroz rosadito y dulzón que estropeó un par de churrascos de lomo. Ah, la remolacha mejor comprarla sin tallos y dejarse de cuentos. Enrojezco sólo de recordarlo.

Pero lo interesante de equivocarse y mucho fue para un cumpleaños de mi marido, en el que hice una "torta de chocolate amargo y naranja". Previsora, empecé a cocinar dos o tres días antes. Para empezar la torta quedó un poco quemada y en desnivel, torcida, bastante feúcha la verdad. Desmoldé, dejé enfriar y evalué la situación: como igual estaba bien cocida y tenía una buena altura, decidí sacar las partes feas y seguir adelante. Corté al medio, le corté la joroba, y saqué lo quemado. La joroba estaba riquísima, así que me comí la cascarita y las migas las reservé. Para unir las dos mitades, hice una crema de chocolate, de esas que las abuelas hacen para alguien enfermo. Le erré fierazo a las proporciones y quedó muy líquida, así que metí las migas de la joroba de la torta y agregué cáscara de naranja abrillantada con el rallador (y un poco de dedo mío también, soy torpe con el rallador), y uní las dos mitades.
Al día siguiente en un delirio de excentricidad que muestra que yo no escarmiento así nomás, compré una gelatina de naranja para decorar. Niños, no hagan esto solos en su casa. Lo de la gelatina fue un desastre. La preparé y se me cayó la mitad al piso cuando trataba de volcarla sobre la torta... prefiero ni recordarlo. Y la que permaneció sobre la torta, se absorbió. Cero pinta. Pero no arrugué y seguí insistiendo. Siguiendo un sabio consejo, preparé el restito que quedaba en el molde de la torta, y, armadito, lo volqué sobre la parte de arriba. Se rajó y se desmoronó, pero lo apuntalé con una barrera de nylon alrededor de la torta y ahí quedó. A la heladera, y esperar al día siguiente.
Quedaba lo último, decorar para tapar todo el desaguisado. Tenía chocolate cobertura, y para ser la primera vez no estuvo tan mal. Era bastante y en realidad no quería que me sobrara nada ni tampoco tirar, así que extendí por la pared libre de nylon y metí por arriba también, tratando de disimular las rajaduras de la gelatina.
La torta esa pesaba una barbaridad, pero la llevamos al cumpleaños, y cuando la comimos, la verdad es que estaba espectacular. La gelatina que se había absorbido estaba presente en el sabor de las migas, y la crema también se había absorbido haciendo que la textura de la torta fuera compacta y cremosa a la vez. El chocolate cobertura y la gelatina se complementaban, y recibí el mejor elogio posible, el de una tía que es experta cocinera. Nena, te mandaste un "tortón".

Así que el progreso de la cocina no sólo depara fracasos, sino también en ocasiones, éxitos sorpresivos. El problema de estos éxitos es que son irrepetibles. Pero bueno, la vida misma es irrepetible, así que no me preocupo.

Etiquetas: ,

9 dijeron:

  • Que decirte, para mi nada como el Libro del Crandon. Las recetas salen TODAS, y al principio te enseña esas cosas que todos los demas supone que uno nacio sabiendo. Cariños.

    By Blogger Ana, a las 8:52 p. m.  

  • Ana, yo tengo el libro del Crandon y siempre me intriga qué es el cremor tártaro!

    Pero vale decir que la torta era la deliciosa del diablo y la crema me hubiera salido bien si hubiera medido el líquido. Lo de la naranja fue iniciativa mía nomás.

    Besos!

    By Blogger montevideana, a las 9:37 a. m.  

  • Esa torta es como lo de tu mamá con el dulce de leche: nunca más te va a volver a salir así. Y a lo mejor es bueno que así sea. Eso de cocinar a veces es una aventura.

    Un beso

    P.D.: Ana, no hacía falta borrar todo en tu blog, me parece. Siempre hay textos que a uno le dan ganas de releer :-)

    By Blogger Ana C., a las 9:41 a. m.  

  • La cocina es un territorio absolutamente extranjero para mí, así que no opinaré. Una duda, ¿una torta de jamón (ahí) es una tarta de jamón (acá)?
    Saludos, feliz cumpleaños.

    By Blogger Sr. Nadie, a las 7:31 p. m.  

  • jeh !

    Yo soy de los que experimentan con el disco ( de arado).

    Toda clase de verduras y de carnes van a parar ahi...con resultados amplios...
    Pero lo mejor es el tinto mientras quemo palitos.

    By Blogger El Canilla, a las 2:47 p. m.  

  • Yo tengo un problema con las sartenes y rehogar cebolla.

    Recuerdo que mi primer receta "de grande" fue una salsa bolognesa...mis papas se habian ido un finde y to tenia 14 o 15 años y estaba a cargo de la nutricion de mis hermanos.
    Iba leyendo la receta y haciendo todo de a pasitos. Decia que habia que tirar la cebolla a la sartén cuando el aceite estuviera caliente....y yo no tuve mejor idea que meter el dedo para probar.

    Otra vez, ya mas grande prendi fuego una cacerola porque dejé "dorar" la cebolla más de lo conveniente...y ya hay mas de un jarrito del cual tuve que deshacerme porque se me hizo un bodoque en el fondo.

    Lo peor es que, a diferencia suya, cada vez que algo me sale mal pierdo el incentivo abruptamente, tiro todo a la basura y me largo a llorar imaginandome mi futuro de soletrona-

    By Blogger Betty Carol, a las 3:41 p. m.  

  • Me abrió el apetito!!!! Quiero fondue, fondiú, etc.

    By Blogger La lengua de Midas, a las 7:03 p. m.  

  • ando por aca
    http://volveracebar.blogspot.com/
    cariños

    By Blogger Ana, a las 11:07 a. m.  

  • Nooooo, ahora quiero torta.
    Me tomo el buquebus YA !!!

    By Blogger Caracol, a las 5:41 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home