mundo trivial

miércoles, febrero 14, 2007

Otoño, Invierno, Primavera y Verano.

Siempre me sorprende constatar la diferencia de preferencias e inclinaciones que tengo con otras personas, las que son más notorias cuanto más cuanto más cercana la persona en cuestión. La que me parece más notable es la preferencia por las estaciones del año.

Mi padre prefiere los primeros días del otoño, cuando la luz es dorada y ya no hace mucho calor. "El día en que naciste vos el día era así, mágico", me dice siempre que empieza el otoño, la luz es dorada y ya no hace mucho calor. La preferencia de mi padre viene a que es de las pocas personas que conozco que disfrutan caminando por ahí, sin contar calorías ni pensar en la salud. Si la tarde está linda, mi padre deja lo que está leyendo y sale a caminar. Y si lo que está leyendo es muy importante, se lleva el libro abajo del brazo y la pipa en el bolsillo, y hace una parada en el camino para leer un poco. O si está en el trabajo, hace parte del trayecto de vuelta a pie (no todo porque tampoco es un chiquilín, ¿eh?).

Mi madre, en cambio, prefiere el invierno para poder sentarse frente a la estufa de leña prendida, o cocinar tortas de chocolate que inunden la casa con su aroma. La preferencia de mi madre por el invierno tiene mucho que ver con la comida y también, con el abrigo. Será que a mi madre no le gusta salir a pasear, sino que prefiere quedarse leyendo sentada en un sillón y con una frazada sobre las piernas. Ese vendría a ser su estado ideal, creo yo.

La primavera es una época difícil: yo empiezo a estornudar en agosto y paro a fines de noviembre. Pero sé que a mi marido le encanta, especialmente ir al estadio un domingo de tarde y dejar la garganta hinchando por Nacional; y también le gusta abrir las ventanas de casa un rato, para que se ventile y entre ese olor a nuevo, a aire frío que de repente vibra con el sol que trae la primavera.

Y a mí, a mí me gusta el verano. El verano en la ciudad, con su luz resplandeciente y el calor, me encanta el calor. No me importa que me transpire el bigote o que la camiseta tenga marcas abajo de los brazos. Me gusta el verano en la ciudad porque la fruta en los puestos las ferias vecinales huele de colores, porque hasta el yuyo más miserable es de verde brillante, y especialmente, porque hay Carnaval.

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martes, febrero 13, 2007

Ejem

El post que escribí la semana pasada asumía que las personas que se habían congregado en la Plaza Independencia para rechazar a los asambleístas argentinos lo habían hecho de forma espontánea y sin más invitación que sus propias convicciones.

Ahora bien, el sábado trascendió que una persona de muy alto perfil había contratado una camioneta con un parlante, por lo que ya no creo que la congregación fuera tan espontánea ni las convicciones tan propias.

Sigo creyendo que la actitud de los ambientalistas que vinieron estaba cargada de una ingenuidad rayana con la estupidez, sigo creyendo que hay mucha gente muy molesta por los cortes de ruta, sigo creyendo que si esto hubiera ocurrido en otro lugar (imaginandome a una delegación de ingleses en el Obelisco durante la Guerra de las Malvinas) los resultados hubieran sido sangrientos.

Pero mi pregunta "¿Qué otra cosa hubiera pasado?" se contesta distinto.

Podría no haber pasado nada.

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miércoles, febrero 07, 2007

Es preferible...

"Es preferible reír que llorar" reza el proverbio popular, y en mi caso no es cuestión de opción. Las noticias de ayer me hicieron reir a carcajadas todo el día de hoy, pero la verdad es que lo que pasó no me hace ni pizca de gracia sino más bien pena y vergüenza, en cantidades similares. Pero no puedo parar de reirme como una hiena de solo pensarlo.

Ayer lunes 5 de febrero un grupo de asambleistas populares (algunos de Gualeguaychú y otros de Buenos Aires), llegaron a Montevideo en son de paz para conversar con el pueblo uruguayo, repartir volantes informativos y afiches, y reforzar la unidad de los pueblos del Río de la Plata. Desde varios días antes se sabía que iban a llegar por Buquebús y que iban a realizar su acto en la Plaza Independencia. Desde varios días antes circuló un correo electrónico (firmado por una organización de la que nunca había escuchado antes) instando a evitar a toda costa la Plaza Independencia en el horario del mediodía, y si esto no fuera posible, a no acercarse a este grupo. Algunas organizaciones ambientalistas que están en contra de la instalación de Botnia se congregaron allí, pero esas no mandan mail invitando. Ninguna organización o expresión popular (que yo sepa) instó a concurrir y rechazar al grupo, pero se notaba cierto nerviosismo al comentar "¿viste que vienen unos asambleístas a la Plaza Independencia?" "Na, no van a venir nada, hay que estar loco para venirse con las cosas como están."

El bochornoso calor del fin de semana, pesado como un moscardón sobre el dulce, ineludible como el fin de mes, continuó durante el lunes. A la noche me empecé a reir cuando ví el informativo en una televisión: yo me imaginaba que los ambientalistas que vendrían tendrían aspecto aguerrido, porque venirse era realmente de corajudos. O a lo mejor, también venía su Reina del Carnaval, emblema en esta lucha.

Pero no, este puñado de personas tenían el aspecto de luchadores de los 60's (me refiero tanto a la década del siglo XX como de la vida de estas personas), incapaces de hacerle daño a una mosca, con unas camisetas rojas preciosas. Llegaron, buscando al pacífico hermano pueblo uruguayo dispuesto a dialogar. Trajeron volantes en tono humorístico, porque, como se sabe, los uruguayos tenemos un sentido del humor bárbaro.

El pacífico hermano pueblo uruguayo se acercó, no diría que a dialogar, pero sí a intercambiar opiniones con los asambleístas. Pacíficos como somos, nadie concurrió a expresar su desacuerdo con armas de fuego ni armas blancas, sino que respetuosos de la preocupación ambientalista, el pueblo presente en la Plaza y la Ciudad Vieja (no solamente los que estaban a pie sino en edificios, que valga señalarlo, no son viviendas sino oficinas), expresaron su desacuerdo con huevos. Además, considerando las altas temperaturas, los refrescaron con baldes de agua. La policía (presente de paisano), cuando el pacífico hermano pueblo uruguayo se puso muy efusivo procuró un taxi para que uno de los asambleístas pudiera retirarse de la escena. Para el resto, realizó un cordón humano (¡tal cual con las estrellas de rock!), y así los llevaron hasta el Hospital Maciel, donde constataron que no hubiera heridos de gravedad, y luego a la Seccional de Policía, a hacer la denuncia del insuceso.

Ver que se agrede físicamente a personas por una diferencia de opinión me parece, más que lamentable, directamete excecrable. Es una de esas actitudes que caracterizaron épocas de nuestra historia que más vale no repetir. Agredir a ciudadanos de otro país, además, puede devenir en un conflicto internacional. Pero...

¿Pero qué otra cosa podría haber pasado? ¿Qué otra cosa se imaginaban que podría pasar? A ver, ni siquiera la crisis del 2002 produjo tanto nivel de desocupación y pérdidas en los rubros de turismo y transporte como los cortes de ruta. Los cortes, especialmente el del puente de Gualeguaychú a Fray Bentos, es de resultados catastróficos para el departamento de Río Negro. Y no, no es Finlandia la culpable. Finlandia trae dinero, puestos de trabajo, informes de control de contaminación, buena reputación de tener un plantas en su propio territorio. Serán todos versos, quizás todo desaparezca mañana, pero es imposible pensar hoy en día en Finlandia como un enemigo. En cambio, no hay manera de ver a los cortes como una medida positiva: no hay ya ningún argumento que desde este lado nos parezca racional o motivado por algún tipo de preocupación noble.

¿Esta gente que vino no sabe que las medidas ambientalistas generan desempleo? ¿Que los desempleados son en su mayoría obreros no cualificados jefes de familia, con lo que hay que multiplicar por 4 ó 5 a cada "daminificado"? ¿Que las peticiones del gobierno argentino acá son entendidas como violaciones a la soberanía, y que a nadie le gusta sentirse violado? ¿No les dio por pensar que su discurso "somos todos hermanos, fuera Finlandia" es tomado como igualmente arrogante y, nuevamente, ignorante de nuestra soberanía? ¿Qué les hizo pensar que podían entrar tranquilamente a un país cuyos habitantes (al menos por vía terrestre) no pueden hacer lo mismo? ¿Cómo no se les ocurrió pensar que por acá entendemos que hay un par de buenas razones para estar muy molestos? ¿Nadie les avisó? Según la diaria sí, les advirtieron, pero hicieron oídos sordos.

Porque se creían que con las buenas intenciones, (de las que no dudo ni un poquito de su autenticidad), podían resolver cualquier cosa, mover montañas, un poquito cada uno que entre todos se puede. Que bueno, el diálogo con el pueblo uruguayo... bueno, recién ahora nos acordamos del pueblo uruguayo pero no importa, seguro que están de acuerdo con nosotros.

Y eso me da risa. No puedo creer que haya gente tan sonámbula como para creerse que podían venir a la ligera, "a concientizar", como si acá el conflicto todavía estuviera por empezar. Me da risa, aunque en realidad es una grandísima pena, que los que tienen grandes ideales siempre terminen portándose como estúpidos.

ps. Google News pone casi todos los colores del abanico.

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jueves, febrero 01, 2007

Buen punto

¿Se fijaron que en las películas de Hollywood los rubios (especialmente europeos, especialmente aristócratas) suelen ser malvados, mientras que los negros suelen ser geeks o jueces incorruptibles?

¿Y que las mujeres siempre son más pálidas que sus parejas, sin importar de qué raza sean?

¿Y qué me dicen de las computadoras: passwords fácilmente crackeables, interfases 3D, mails de varios megas que salen a toda velocidad en una conexión por modem?

¿En qué se inspiran los libretistas de las películas? ¿En lo que "es"? ¿En lo que "debería ser"?

Mi marido es bien pálido y el poco pelo que tiene es rubio... ¿no estaré durmiendo con el enemigo? Mi piel es más oscura que la suya... ¿nuestra relación está condenada por una incompatibilidad insuperable? Nunca fui capaz de descubrir una password ajena y a duras penas me acuerdo de las mías... ¿será que nunca voy a salvar el mundo? Ah, eso, puede ser.

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Dolor de cabeza

Me cambié a la nueva versión de blogger y es un verdadero dolor de cabeza. No encuentro los comments que hago en los blogs amigos, no puedo revisar viejos posts de este mismo... ¡un dolor de cabeza!

¿Soy yo o a ustedes también les pasa algo parecido?

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