mundo trivial

martes, diciembre 26, 2006

La riqueza de los libros, 3



"Cuando llegamos a la Ciudad Universitaria conseguimos entrar en el edificio de Filosofía. Construimos barricadas con libros de metafísica hindú y filosofía alemana; eran totalmente a prueba de balas"

La riqueza de los libros 3, en La petite Claudine


ver además
La riqueza de los libros,
La riqueza de los libros, 2

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viernes, diciembre 22, 2006

Terminé

Terminé. Estoy exhausta.

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martes, diciembre 05, 2006

En el Cerro Chirripó


Mi hermana, a quien yo asumo atea o agnóstica (o al menos muy reticente), vive hace tiempo en Costa Rica y tuvo oportunidad de escalar el Cerro Chirripó, el punto más alto del país. Según me explicó oportunamente, desde los 3.820 mts de la cima (y si el día está despejado) se puede observar hacia el este el Mar Caribe y el Océano Atlántico y hacia el oeste, el Océano Pacífico. La montaña está en un Parque Nacional del mismo nombre, con una reserva ecológica muy amplia, y además tiene albergues donde los escaladores pueden detenerse a pernoctar. El mayor inconveniente parecería ser que está absolutamente prohibido encender fogatas (sólo se pueden apagar con agua de lluvia y hay altas probabilidades de incendio fortestal), por lo que solo se puede consumir comida fría. (Y miren que allá arriba hace frío, no saben lo bien que vendría una sopa caliente).


Pero la escalada al Cerro Chirripó es peligrosa, y no hay que subir solo. Lo sabían los indígenas que habitaban la zona de Talamanca mucho antes que el P. Agustín Blessing ganara la cima en 1904, y por eso las personas que suben al Chirripó perciben una compañía constante. Mi hermana, que se reía de todo eso, al regreso nos hizo varios cuentos de esos "fantasmas": de cómo escuchaban ronquidos en la habitación donde sólo había dos personas (y despiertas), del ruido de pisadas a sus espaldas siendo la última de la expedición, de las luces que los despertaron en la madrugada, cuando no estaban saliendo en hora para llegar a la cima a mediodía.

Asumir que son espíritus indígenas que protegen a los excursionistas (la teoría más ampliamente aceptada) sin haber ido allí, sería comprarme un bono para que me tomen el pelo. Pero con tanta ciencia inmiscuyéndose en la vida cotidiana, genoma, reconstrucción 3D de la privacidad de mis entrañas, psiquiatría e internet, me encanta saber que hay cosas que no tienen explicación.

Que así duren.


Fotos via The Eagle Spring y Universal Tourisme

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